CHEJENDE MUNICIPIO CANDELARIA ESTADO TRUJILLO
Esta leyenda se da a nivel mundial entre los campesinos, con la magia de
mitos semejantes que adquieren características propias de cada región, siendo
Chejendé, Municipio Candelaria un ejemplo, con el Viejito del Encanto.
Estas leyendas nos une como pueblos andinos respetuosos de la pacha mama
también fortalece la idiosincrasia de nuestros campesinos y da razones y
argumentos de pueblos llenos de magia con circunstancias que nos marcan como
protectores de la ecología, que buscamos
la preservación de los ecosistemas, las aguas las plantas, animales y nuestro
planeta
La leyenda del Encanto de Chejendé, está basada en una serie de recuerdos
de la infancia en las personas de la tercera edad y que poco a poco hemos
retomado estos recuerdos en la gente de la comunidad de la Peñita, Nariguete,
Mitón, Torococo, Bitubú y Carache; esta leyendaera el centro de conversación en
la época de lluvias y neblina, donde los abuelos se lucían al contarla rodeados de personas de la comunidad.
Destacando que han existido desde siempre.
Para nuestros primeros pobladores Los encantos eran los padres de la
Creación que habían llegado de las estrellas,
describiéndolos como un Encanto Padre y un Encanto Madre, tan viejos que
los surcos y su rostro se asemejaban a las piedras… Ellos querían descansar
pero, antes crearon nuestras montañas, las mágicas lagunas, los ríos, los musgos y hasta la neblina… Luego crearon,
las nubes, las aves y los peces, otros animales, las hiervas y los arboles…
El Padre Encanto creópequeños
hombres semejantes a él perohechos de luz de sol y agua, quienes durante
el día se confundían con las montañas y la vegetación protegiendo los animales
y ecosistemas y laMadre Encanto creo a
las pequeñasmujeres de cabellos muy largos como los riachuelos de las montaña,hechas de agua y la luz de la luna y
quienes durante la noche cuidaban nuestras lagunas, el crecimiento de las
plantas y las flores, en las diferentes fases de la luna, resguardándose en las
agua…
Luego estos seres se unieron, dando
origen a los Encantos humanos, formando una tribu protectora de nuestros
ecosistemas, respetando a las piedras, donde veían con adoración a Mamá y Papá
Encanto,(quienes habían decidido dormir en las montañas andinas), semejándose y
confundiéndose con las piedras de donde los Encantos recibían sabiduría de
estos seres sagrados, para continuar protegiendo todos los elementos de la
naturaleza… Solo una cosa tenían prohibida… probar la maldición de la sal, que corrompería su
salud y perderían el don de saborear los frutos
y alimentos dados de forma natural y como consecuenciapervertirían su pureza…hubo un grupo que decidió
establecerse en las montañas y otro grupo nómada viajo muy lejos encontrándose
con otras tribus de mayor estatura con quienes compartieron conocimientos y alimentos,
desobedeciendo aquella advertencia, y al
probar la sal, perdieron el don de comunicarse con papá y mamá encanto y solo
aquellos que no habían sido corrompido fortalecían su espiritualidadalejándose
a sitios sagrados que continúan
escondidos ydonde podían comunicarse con Papá y Mamá Encanto y pedirles
consejos y protección ,ofreciendo los frutos de la temporada… Desde entonces
nuestros indígenas siembran para comer y ofrecer tributo y las mujereshacen
vasijas de barro manares y esteras…por comer la sal conocieron las
enfermedades, las guerras entre hermanos y lamuerte.
Contaban los ancianos que El Viejito del Encanto y su familia han existido
desde siempre, son seres pequeños que tienen el tamaño de un niño de cinco
años, ellos con su conexión espiritual
se encargaban de cuidar las cosechas, y tomaban parte de ella para su
pueblo y para ofrendaraPapá y a Mamá Encanto…en agradecimiento por los frutos
abundantes, solo así tenían protección de una pareja de encanto…
El Viejito del Encanto lo describen nuestros abuelos como un pequeño
chamande presencia fuerte con su bastón apostado en lascabeceras o vertientes
de las aguas, o cerca de los ríos o quebradas, donde habían cortado las
vegetación ya que allí ellos hacían crecer plantas medicinales… quienes por
siempre son y serán los guardianes de las aguas, respetuosos que los ríos en
sus crecidas, favoreciendo las poblaciones…Agregando que con la llegada de los
hombres altos, fueron perseguidos y señalados de hechiceros por no comer sal y
una gran parte se ocultó en las cuevas, construyendo pasadizos secretos para
trasladarse de una población a otra.
Esta leyenda nucleaba y enriquecía el imaginario de nuestro pueblo,
generando conversaciones entre las familias y vecinos de nuestras comunidades
campesinas cuando había frío, mucha neblina y arreciabanlas lluvias,
estimulando las crecientes de ríos y quebradas, así como la nutrida vegetación
y abundantes flores, que adornan los andes y las fértiles tierras con
abundantes frutos que caracteriza las tierras andinas.
Decían los abuelos cuando se reunían en la única fábrica de Chimó de
Chejendé, que los encantos conviven entre nosotros, solitarios, silenciosos y
otros más extrovertidos pero que su estatura sigue siendo pequeña y que ellos
se escondían de la civilización en las cuevas y desde allí se movilizaba sin
ser vistos, y contaban que un señor de
Carache con apellido D’Villegas, primo de un encomendero español, era un gran cazador y decidió ir de cacería
con un amigo en unasemana santa, encontrándose un hermoso venadorayado y le disparó dejándolo herido y corrieron
siguiendo el rastro de sangre que dejaba y no se percataron por donde iba
pasando y sin darse cuenta se encontró
en un lugar extraño…
Elvia
Peña de Dávilaconversando con la Artesana Omaira Terán sobre su vivencia con el
Viejito del Encanto en el taller de Artesanías.
Había una lagunay plantas frondosas de mágico colorido, abundantes y
variadas floresque antecedían grandes sembradíos de maíz, trigo y cañadonde se
veía muchas personas trabajando. y aun, sin salir de su asombro, se les acercó
a un Señor bajito con un gran sombrero y le dijo con voz recia ¡ese animal que
persigue es mío! y no se preocupe, que yo lo voy a curar; D’Villegas se asustó
y pudo ver varios venados pastando… Sin tiempo a pensarse acercaron unas
mujeres pequeñas con vestidos casi iguales, cabellos negro, muy largos, quienes
amablementele ofrecieron agua y abundante comida, pero cuando la probo
descubrió que no tenía sal y la dejo, luego
pidió permiso para ir a defecar y
le señalaron fuera a las orillas de los sembradíos, al llegar observo
su alrededor y estaba rodeado de grandes montañas, pero, muy arriba se
veía una luz pequeña como un lucero que brillaba muy claro, porque allí era
nublado, así que rezando subió hasta acercarse a la luz, dándose cuenta que era
una entrada o salida de ese mundo. Al salir era viernes santo, pero, 7 años
después, él estaba igual, sus hijos más grandes y si esposa había muerto… luego
en su lecho de muerte, conto lo sucedido
a su familia y murió.
Igualmente nuestros abuelos afirmaban, que cuando había crecidas de ríos y
grandes deslaves era que se mudabala Tribu del Viejito del encanto para otra
zona y quedaba desprotegida la población. Decidan que quedaban pocos y cuando
se prestaba atención, todos muy
callados, podían oír el mugido de las vacas, el cacarear de gallinas y bramar
de chivos y las voces de esa gran casta
de pequeños hombrecitos con sus mujeres y niños, guiados por el encanto, a
través de las corrientes de agua que nacían por las copiosas lluvias… y podía
escucharse cuando los niños preguntaban: Papá ¿para dónde vamos? Y una vos
fuerte respondía: - pa Pérez, pa Pérez… que queda por Carora comentaba el
abuelo para cerrar el tema…
Los encantos son entidades protectoras de la vida y la naturaleza… Siendo
responsables de las lluvias y magia de la neblina de nuestro pueblo, también
son protectores de los musgos que abundan en la loma, ellos protegen nuestros
suelos de la erosión para que sean fértiles y se alejan de la civilización por
las talas y quemas, reduciéndose sus espacios naturales a las cuevas y pocos
riachuelos que aún están rodeados de vegetación.
Cuenta mi madre Elvia Peña de Dávila que en 1.945 cuando ella tenía siete
años… ella vio a un encanto sentadito en
una de las piedras de la quebrada del filo, cuando iba de la mano de su
abuelita Trina Cañizalez, quien sembrabaen
una chaguacercada con piedra donde cultivaba la tierra…al verlo, le dijo
a su abuela ¡mamatrina, ahí está un señor sentado con un sombrero muy grande!… Reaccionando la abuela de forma diligente y
recia, sin soltar su mano… ¡No lo mire hija, no lo mire!Y comenzó a contarle
que ellos son muy delicados, viven aquí desde hace mucho tiempo, son dueños de
todas estas tierras y cuidan los animales que huyen heridos por los cazadores,
ellos deben tener su pueblo por esas cuevas y se llevan a los niños…
Mi madre suspira y busca en su recuerdo y retoma contando que su hermana
mayor asistía a la Escuelita local y que su maestra organizó una excursión con
los estudiantes y su hermana le contó que llegaron hasta la tercera sala de
techo redondeado y no continuaron porque allí había una laguna de aguas
transparente, con peces y un gran árbol hermoso con muchos frutos y lograban
ver que al otro lado habían vasijas objetos que brillaban, pero no podían
pasar.
Por esa época El Viejito del Encantose llevo a Manuelito Infante el hijo de
la señora Aminta Infante, la Cultora que organizaba los versos y cantos de las
Pastoras del Niño Jesús en la Peñita y toda la calle abajo, con la Sra. Rosa
Amelia Acevedo… Para pagar las promesas en navidad.
Manuelito solo tenía cuatro añitos cuando su mamá lo dejo sentadito en la
sala de su humilde hogar, para que no le diera frio en el momento que ella
preparaba el cafecito en su fogón de leña al lado del zanjón de la Peñita y
cuando regreso apuradita porque había frio y mucha neblina, abrió la puerta y
ya su pequeño no estaba, recurriendo a sus vecinos para buscarlo por el zanjón
y todo el lugar, sin resultado alguno… La desesperación de ella conmovió a toda
la población de Chejendé; recurriendo a la Iglesia y al sacerdote, haciéndole
una promesa a la Virgen de la Candelaria y a los tres días se realizo el
milagro, a Manuelito lo encontraron sentadito en el mismo lugar donde había
desaparecido, notando inmediatamente, que su niño tenía una cicatriz en forma de
rectángulo en su cien, marca que él no tenía al desaparecer.
También fue visto por Viviana Justo, la querida sobandera y partera del
pueblo, ella contaba que en varias oportunidades se lo encontró en los caminos
al pozo del Maporal, la quebrada de aguaditaycerca de la quebrada y la cueva
del Filo, y así como ellas tantas
personas que tenían que lavar o abastecerse de agua, porque en Chejendé no
había acueducto…
Y la descripción que nuestros
habitantes le han dado es que son seres pequeños, tienen barba, son
complacientes, silenciosos y atractivos, con sombreros muy grandes, su
vestuario es muy abrigado y se confunden con los colores de la naturaleza, como
si el musgo y los líquenes naciera sobre su ropa, tienen los pies al revés,
porque sus deditos salen de su talón, y
delante lo tiene redondo, siendo una ventaja cuando eran perseguidos porque lo
buscaban en sentido contrario y no podían encontrarlos ; se encuentran en los
lugares sombríos y por las noches lluviosas se escuchan la música que ellos
tocan acompañada con sus cantos…
De igual manera, la gente tiene mucho cuidado con los niños, para que no
sean encantados o maravillados por estos hermosos seres que los atraen hacia
sí…
Debido a la curiosidad de Cualquier Adolescentey con ánimos de verificar si
existía la cueva del Encanto…Teresa
Benítez, cuenta que ella entro a la cueva del encanto que sus salas eran
redondeadas y podían pasar de pie, pero no pudieron avanzar más porque
interrumpió su paso una serpiente muy grande y tuvieron que regresarse…
En el año 80 nos reunimos un grupo
de adolescentes, Oscar, Vázquez, mi hermana Marina, mi primo Douglas, y otros,
todoscon entusiasmo de explorar y conocer la cueva del Viejito del
Encanto…ubicada en el filo y tiene su entrada por Sabana Larga…
Al llegar vimos la entrada que es una laja sobre otra laja simulando forma
de un triangulo y debíamos entrar de rodillas, ya que realmente era muy
Pequeña… nos animamos a avanzar y nos sorprendió una sala amplia y redondeada
llena de murciélagos y excremento por todo el piso... Ubicando con las
linternas una pintura rupestre casi borrada y una segunda entrada exactamente
igual a la que había dejado a nuestra espalda, solo que en la primera
entrada, resplandecía la luz del día… Volvimos
a encorvarnos para caminar a gatas en una alfombra de hojas secas, hasta Llegar
a una segunda sala, redondeada como la primera, pero, mas pequeña sin humedad ni murciélagos, allí vimos tres
entradas tan iguales como las que dejábamos tras nosotros y decidimos marcarla
con un suéter para no confundirnos al salir, continuamos avanzando a gatas por
la entrada a la derecha, y con gran
Sorpresa encontramos varias culebras de gran tamaño y muy asustados
casi sin pensar, corrimos hacia
la entrada pretendiendo salir todos al mismo tiempo…
Luego de tanto desconcierto logramos estar fuera de la cueva… pero, siendo
perseguidos por una serpiente grande y de amarillo brillante que buscaba
mordernos mientras corríamos hacia un callejón de paredes tan altas y planas de
lajas grises, que no nos permitía salir hacia ninguna parte… con gritos y
movimientos de los brazos, logramos que la serpiente bajara por una corriente
de agua que corría y olvidamos el tema, sin regresar…
Estos seres mágicos aparecen y desaparece, en la quebrada del filo, en el
zanjón de la peñita y en la quebrada de la Aguadita, de nuestra
localidad…también lo han visto en Mitón Torococo, Bolivia, Boconó y Carache y
en cualquier zanjón o surco profundo donde corran aguas de nuestras montañas
andinas... cuidando las nacientes o manantiales; protegiendo nuestra fauna y
flora, son los guardianes de nuestro privilegiado clima y nuestra bella
naturaleza.
Mural con venados rayados realizado por la artesana
niña Aminta. En los años 20.
(Resina natural)
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Esta Tribu de Pequeños llamados
Encantos prefiere no ser vistos, movilizándose a través de cuevas que se
comunican con Carache, Bolivia dispersándose por Santa Ana Boconó y otros
municipios aledaños… siempre atentos,
observando desde un árbol, una piedra, desde las plantas o desde el
agua, esperanzados en la madurez y buenas acciones de los seres humanos que
pueden socorrer los ríos, animales, plantas y ecosistemas que desaparecen día a
día junto a ellos.