El
momoy: misterio inescrutable de la mitología trujillanaDesde hace poco menos de
un mes, fuertes rumores han invadido las tierras agrícolas de la entidad con la
supuesta aparición y captura de uno de estos personajes que tanto atraen la
imaginación de los pobladores, por lo que se desarrolló el trabajo de campo
para escudriñar este misterio en tierras del municipio Urdaneta12 de Abril del
2011.
La
leyenda
Los
Momoyes, Mamóes o Mumúes son unos duendes del folklore venezolano, habitantes
de la zona andina desde tiempos precolombinos. Los Momoyes son descritos como
pequeños hombrecitos de unos 40 cm de altura. Pueden estar vestidos a la manera
india, adornando su cuerpo con plumas, hojas y flores, ayudándose a caminar con
un bastón. También se los describe como ataviados por enormes sombreros y
barba. Habitan las zonas de Mérida y Trujillo, especialmente sus lagunas y
ríos. Se las describe como criaturas benignas, traviesas, y defensoras del
medio ambiente. Por su carácter de duendes protectores de las sementeras, la
agricultura y el medio ambiente en general, se cuentan anécdotas acerca de las
airadas reacciones que los Momoyes pueden tener hacia aquellos visitantes de la
selva que dejan sus desperdicios contaminantes en forma desaprensiva. Se cuenta
que un Momoy devolvió, arrojándosela violentamente a su dueño, una lata de
refresco que previamente éste había intentado hundir en una laguna. También se
cuenta de un Momoy del Páramo de La Culata (Mérida) de personalidad muy violenta,
y que azotaba con su bastón a los viajeros que acampaban en el lugar,
especialmente si no eran cuidadosos con sus desperdicios. A los Momoyes les
gusta hacer víctimas a los viajeros de sus bromas pesadas, las cuales
generalmente no son más terribles que el esconderles o extraviarles alguno de
sus enseres domésticos. Por lo demás, su presencia es percibida por todo tipo
de actividades, como por ejemplo cantando, silbando, etc. De todos modos, si
los viajeros no quieren ser molestados por los Momoyes, les bastaría con
ignorarlos, actitud que no podrían soportar. Fuente: wikipedia.com
Artìculo de Prensa Diario El Tiempo
(CRIXMAR
ROJAS) - Si hay algo que caracteriza a las montañas andinas, además de su
belleza y verdor, es aquel aire de misterio que encierran entre sus hermosos
paisajes y reservados habitantes. Ese misterio envolvió la aventura de buscar
la posibilidad de encontrarse cara a cara con un muy comentado misterio de la mitología
trujillana: el momoy.
Desde hace poco menos de un mes, fuertes
rumores han invadido las tierras agrícolas de la entidad con la supuesta
aparición y captura de uno de estos personajes que tanto atraen la imaginación
de los pobladores, por lo que se desarrolló el trabajo de campo para escudriñar
este misterio en tierras del municipio Urdaneta.
Los rumores hablaban de una aparición de
este hombrecillo en un sector llamado La Picadora, un poco más allá de la
población de Tuñame, donde de hecho se vio comportamientos extraños en sus
pobladores ante la pregunta sobre este personaje. Al buscar información en una
vivienda del sector, una pequeña niña, visiblemente aterrada, comentaba que su
padre sí le había visto, luego de que se negara a tomar en cuenta las
advertencias de su esposa, quien hasta el llanto le pidió que no fuera a verlo,
"mi mamá lloró mucho, pero mi papá igual fue a verlo".
Ante la negativa sobre la presencia del
supuesto momoy nos acercamos hasta la escuela de Barro Negro, municipio Boconó,
y allí entre sonrisas pícaras, las maestras trataron de convencernos de la
falsedad de la versión hasta con argumentos interestelares: "Eso no
existe, ¿no han visto los estudios de la NASA?, esa foto que está corriendo por
ahí es de internet, es más, es un personaje de la película "La Guerra de
las Galaxias"".
Entre las risas pícaras y burlonas de
los pobladores, regresamos a Tuñame, y ahí nos volvieron a dar la referencia de
la vivienda de La Picadora. El dueño de una panadería comentó que su hijo sí lo
había visto y que tenía una foto, el joven mostró la imagen en cuestión y es la
misma que ha sido enviada por correo a varios destinatarios para sustentar la
historia. Seguimos en las mismas. "Yo no lo vi, esa me la pasaron"
Al volver la vivienda inicial, la puerta
y ventanas que antes estaban abiertas estaban cerradas, y luego de varios
toques e insistencias, abrió la puerta la madre de la niña, con cara de miedo,
confirmó que sí había estado en esa casa, pero que fue entregado a un señor de
origen colombiano, un tal Guillermo, a quien no se pudo ubicar.
El cuento
Total que los rumores que todos cuentan,
detalles menos detalles más, es que el supuesto momoy llegó a La Picadora junto
a sus cuatro hermanos, y al parecer al detenerse a orinar fue abandonado en el
lugar por sus consanguíneos y fue atrapado por unos niños.
Dijeron que al parecer el momoy habría
contado que vivía junto a sus hermanos en la Laguna de la Teta de Niquitao,
pero que lo trataban muy mal y que se alegraba de que lo abandonaran. Al
parecer dijo que tiene 600 años de edad. Todos coincidían en la versión que
podía comerse hasta cinco kilos de queso con arepas de harina de trigo, y que
esta comida estaría pagada con contribuciones voluntarias de los mismos
pobladores. Según contaron, el momoy pidió su libertad o de lo contrario
acabaría con las poblaciones de Boconó, Niquitao, Tuñame y La Quebrada.
"Yo sí lo vi"
Amable Rondón, poblador de Tuñame,
expuso que en efecto lo vio, y de cerca, "claro que sí, lo tenían en la
prefectura, lo tenían preso para que se ponga serio. Eran dos pero uno se
escapó, eso fue hace como 22 días, y ha estado lloviendo a cántaros (la leyenda
al parecer establece días de lluvias torrenciales mientras un momoy esté
atrapado), lo que sí le vi fue que tenía los zapatos y el cinturón de oro, pero
al final se lo llevaron para Las Mesitas y parece que se lo entregaron al
padre".
Los niños consultados dijeron que son
falsedades, que es un muñeco sacado de internet, que no existe. Al ser
consultados, los habitantes mostraban varias reacciones: risa, confusión,
incomodidad, incredulidad o total credulidad. El resultado fue que el viaje fue
infructuoso y que sigue siendo una leyenda del colectivo agrícola trujillano.
Conjeturas propias
Durante el viaje se pensaron varias
cosas. Tal vez la visión se trató de algún anciano de tamaño pequeño con una
intoxicación etílica tal que deliraba y emitió tales afirmaciones, o
simplemente se trató de rumores. Jugando con la imaginación, también pudimos
conjeturar que tal vez se cansó de ser momoy y tomó la agricultura como medio
de subsistencia, no se sabe hasta dónde llega la crisis económica del país,
además con zapatos y cinturón de oro, tal vez lo hayan atracado y necesite
trabajar para comprarse otros.
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